Buscando en mi, respuestas.
Susurros que al abrasarnos me llamaban, pacientes.
Esperaban.
Te dejo partir, aunque ya te habías ido.
Entonces me sumerjo en aquel brillo al borde del río, brisa que me empuja al recuerdo, al preciso momento de nuestro encuentro, los susurros transformados en canciones, la montaña que caminamos juntos, reímos, caímos, y aún seguías conmigo.
Y seguirán las aves, esperando encontrar un lugar donde posarse.
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