Desde aquel momento, tristesas y alegrías no son las mísmas, si descansas en lo oscuro parecemos distantes aunque respiras a mi lado, en sueños regresas a buscarme, cuando ya emprendí el camino y te pregunto: irías conmigo?

Cuerpo cansado, alma agotada de tanto andar buscando, removiendo el pasado en su mente, sólo para revivir el dolor o el amor o los dos, la esperanza sólo la recuerda cuando duerme, sueña con ella, pero ella ya se a ido.

Pasado el tiempo, comprendo a cada paso la verdad, mis sueños revelan una vez mas tu ser envuelto en pasado, como un lienzo antiguo que revive, con nuevos trazos te bislumbro poco a poco, quiero seguirte pintando, quiero encontrarte como la primera vez, quiero envolverte en mil colores y abrasarte, cantarte, besarte y dejarte ir.

Pasan los días extraños como son. Vacíos si no miras o no quieres... Y en donde menos lo esperas un indicio, entonces dudas, te detienes, miras, sientes.

Aguas profundas, obscuras, frías, una sombra y tu silueta, lejos, siempre.
tu rencor me recorre como las aguas en donde te pierdes.
dentro de aquella carcel a la que no e de regresar.

Y sin embargo te observo desde la distancia que tu marcaste. el corazón te llama, ya no hay lágrimas, no puedo.

Recorro los mismos lugares, aunque ahora extraños, ajenos como que no los recuerdo, pero son. Entonces busco indicios quizás ese aroma que me reciba de nuevo.

Pues fuí un fantasma que ahora recuerda que no a muerto.

Buscando en mi, respuestas.

Susurros que al abrasarnos me llamaban, pacientes.

Esperaban.

Te dejo partir, aunque ya te habías ido.

Entonces me sumerjo en aquel brillo al borde del río, brisa que me empuja al recuerdo, al preciso momento de nuestro encuentro, los susurros transformados en canciones, la montaña que caminamos juntos, reímos, caímos, y aún seguías conmigo.

Y seguirán las aves, esperando encontrar un lugar donde posarse.